Cuentos de guerra es una forma rápida de conocer pasajes bélicos desde los tiempos homéricos hasta nuestros días. La sangre y el hierro forman parte de nuestras vidas, no hay paz sin guerra...

Cuentos de guerra es un recuerdo para todas esas personas, celebres o anónimas, que se dejaron su sueños en los campos de batalla...

Todos los nombres que aparecen en estos relatos son reales. Tanto de personas, ciudades o la orografía de la naturaleza (ríos, montañas, estepas...).

Todos los textos que aparecen en este blog son originales del autor, firmados bajo el seudónimo de Urban

jueves, 24 de julio de 2014

Túnel



Había imaginado de otro modo mi vida. Entonces, claro esta, era solo un niño. Ahora noto, sin darme cuenta de la jugada, que mi vida era una carta marcada. Una bala, una vida. Una lágrima que vale más en una tierra que en otra.
Cuando los veo, en sus aviones, en sus carros blindados...malditos, todos ellos. Al mismo tiempo que los veo siento nauseas, arcadas y un odio visceral. Malditos perros, aquí abajo la metralla salta ronroneando. Y creerme cuando os digo que no distingue entre niños, mujeres y hombres. En las calles los escombros se amontonan, entre piedras y más piedras los cuerpos de mis hermanos yacen sucumbidos...No, no tuvieron ninguna opción.
En esta tierra he vivido desde que nací, para unos soy terrorista, para otros soldado, pero tan solo soy un ser humano. Y esta es la tierra de mis padres, ni más ni menos...
Saco un paquete de tabaco y lo comparto con mis amigos. En sus caras resplandece una vieja sonrisa, esa que todavía no nos han podido robar. Son para mi corazón como unos esperanzadores rayos de sol.
La noche vuelve a la morada, se respira, una vez más, el aura de la muerte. Ahora es cuando piensas, ¿veré un nuevo amanecer? Algunos guardan silencio, apoyados sobres sus AK47, en las entrañas del túnel los violines tienen gatillo y su música es desgarradora...
Sostengo una dura batalla, egoísta y sucia, contra mi propia persona. Salir de la madriguera, una bala, un misil...Buahh, la cabeza estalla entre tantos pensamientos. Mi alma siente un calor fuera de lo natural, una voz dice "debes hacerlo". Soy solo un muchacho de 18 años que quiere vivir. Agazapado, vuelvo a mirar a mis compañeros, que inician rezos por nuestras almas perdidas en el pasado.
Iniciamos la marcha, siento el túnel como un embudo. Ya no hay lugar para la marcha atrás, nunca la hubo desde que nací. Aquí la muerte decrece para regresar con más virulencia. Es una pandemia.
El túnel llega a su fin, la mirada queda atrapada en el más allá.
Toca salir, tocar matar. Toca salir, toca morir...

*Palestina en cualquier momento del ayer, del hoy o del mañana



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